Salud 2.0: ¿Realidad o quimera?

Diversos artículos se han publicado en relación a las distintas materias en el contexto de la corriente 2.0, los cuales con el simple hecho de nombrar ?2.0? referencian a algo nuevo, innovador e, incluso, hasta vanguardista. Se trata de un concepto que hoy también involucra al sector salud.

Publicado el 30 Nov 2012

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Diversos artículos se han publicado en relación a las distintas materias en el contexto de la corriente 2.0, los cuales con el simple hecho de nombrar “2.0” referencian a algo nuevo, innovador e, incluso, hasta vanguardista. Se trata de un concepto que hoy también involucra al sector salud.

La salud, para no ser menos, también ha definido el concepto “2.0” como una visión integral e innovadora al modelo de sanidad que se supone comenzará a regir durante los próximos años de manera más sistemática.

Pero realmente, ¿qué es “Salud 2.0”? y, ¿cómo estas herramientas digitales, piedra angular en este tema, pueden dar la posibilidad de comunicarnos de manera segura, oportuna y confidencial con nuestros médicos y centros asistenciales?

Uno de los objetivos que busca este nuevo modelo es incrementar la satisfacción y confianza de los pacientes en el sistema de atención a través del uso de distintas herramientas tecnológicas, pero para ello se requiere la creación de nuevos elementos que sean capaces de interactuar de forma ágil y sencilla con todos los actores.

Muchas empresas se esfuerzan por diseñar y entregar rápidamente a un demandante mercado estas soluciones, pero son pocas las que tienen resultados efectivos.

Quizás las compañías no deberían comenzar por tecnologizar los procesos, sino más bien tendrían que partir por simplificarlos de manera tal que sean capaces de entregar resultados entendibles y gestionables por los médicos, las instituciones y los pacientes.

Actualmente nuestros sistemas funcionan como silos, y como pacientes repetimos una y otra vez los mismos datos en cada una de las instancias en que nos atendemos, cuando un modelo de interoperabilidad en la nube podría entregarnos datos básicos como nuestro nombre, RUT, dirección, teléfono y correo electrónico, y si somos un poco mas soñadores, la información sobre nuestras últimas consultas y la institución que las realizó.

Y más aún. El mismo paciente podría llegar con toda su información en su teléfono móvil y con un sólo movimiento dejarla disponible para su uso en el centro asistencial.


Los beneficios de la movilidad para la medicina y los pacientes

Pese a que aún falta mucho por avanzar, no podemos desconocer que en la actualidad asistimos a una profunda transformación tecnológica que está cambiando la forma de relacionarnos con el mundo que nos rodea. Una de las principales herramientas que impulsan este cambio son las aplicaciones móviles para smartphones y tablets, que están provocando una verdadera revolución en nuestro día a día.

El cuidado de la salud no es ajeno a esta revolución y el sector mHealth (mobile Health), que comprende la utilización de dispositivos y tecnologías móviles en la práctica de la medicina y la salud pública, se encuentra en una fase de crecimiento vertiginoso. Según un estudio, se prevé que el sector de las aplicaciones móviles relacionadas con la salud tendrá más de 500 millones de usuarios en el año 2015.

La movilidad está llamada a apoyar de forma decidida el trabajo de los profesionales de la salud en ámbitos como el seguimiento de pacientes, la gestión personalizada de historias clínicas o la receta electrónica.

Además, puede suponer -como decía- el espaldarazo definitivo a las estrategias de hospitales sin papeles que algunas administraciones sanitarias impulsan desde hace años.

No obstante, algunas organizaciones como la FDA (Food and Drugs Administration) de EEUU alertan sobre la necesidad de regular este mercado de aplicaciones atendiendo al posible impacto que la utilización de las mismas puede tener sobre la salud de los ciudadanos.

La FDA distingue dos grandes categorías de aplicaciones en plataformas móviles. En primer lugar, las que posibilitan consultar y almacenar información generada por dispositivos y sistemas de información clínica. Por otra parte, aplicaciones que permiten a un smart-phone funcionar como un dispositivo médico, incorporando nuevos sensores o utilizando los que ya dispone. En este segundo grupo podemos incluir aquéllas que dan la posibilidad a la plataforma móvil de funcionar, por ejemplo, como un estetoscopio electrónico o mostrando imágenes radiológicas para diagnóstico.

La FDA aboga por el establecimiento de un marco regulatorio específico para este tipo de aplicaciones que permita conseguir el delicado equilibrio entre promover la innovación y garantizar la seguridad y la eficacia.

Lo cierto es que la tecnología aplicada a la salud nos sitúa frente a un nuevo escenario. En ese contexto, resulta fundamental establecer un marco claro, donde las nuevas herramientas a disposición de los pacientes sean un acompañamiento a los tratamientos tradicionales en que la dirección médica es irremplazable.


La evolución de un concepto

Los médicos fueron los primeros que usaron el concepto 2.0, pero si hablamos de “Salud 2.0” tenemos que hablar además de “Pacientes 2.0”. Tras este nuevo concepto hoy existen líderes de opinión sobre “patologías, sintomatología y enfermedades” en redes sociales o seudo facultativos “titulados en Internet”, y es en este punto donde los profesionales de la salud se enfrentan a pacientes que son capaces de describir enfermedades casi terminales con una soltura digna de cátedra.

En definitiva, si queremos mejores resultados en salud y una calidad de vida superior para nuestros pacientes, este círculo virtuoso compuesto por la autoridad ministerial, las instituciones, los médicos, los pacientes y, actualmente las tecnologías, Internet y las redes sociales, nos tenemos que esforzar por fomentar una nueva cultura asistencial basada en el trabajo en equipo, interoperabilidad entre los distintos niveles asistenciales, continuidad de cuidados y gestión clínica eficaz que consolide este proceso de transformación de la asistencia sanitaria. Este es el verdadero reto que nos llevará hacia una “Salud 2.0”; mientras tanto, hoy sólo un puñado de proyectos busca hacer realidad algo que por el momento sólo queda en buenas intenciones.

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Redacción

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