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Computación cuántica en la nube: ¿Qué pasará con la ciberseguridad?



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La llegada de la computación cuántica promete resolver problemas imposibles para los sistemas tradicionales, pero también plantea una amenaza existencial para la seguridad de la información en la nube.

Publicado el 25 ago 2025

Marcelo Ortiz

Subeditor EMB especializado en tecnología y enfoque en innovación y comunicación estratégica



Computación cuántica en la nube y ciberseguridad

La computación cuántica en la nube ya no es una idea lejana, sino una realidad que se aproxima con rapidez y que transformará tanto la innovación empresarial como la ciberseguridad global. Su capacidad para resolver problemas imposibles para la computación clásica abre oportunidades inéditas en sectores como la ciencia, la salud o las finanzas, pero también plantea riesgos críticos: desde la vulnerabilidad de los sistemas criptográficos actuales hasta nuevas superficies de ataque en la nube. Frente a este escenario, empresas y gobiernos deben anticiparse, fortaleciendo su infraestructura de seguridad digital y adoptando estándares de criptografía post-cuántica para proteger los datos en la próxima era tecnológica.

Según Fortune Business Insights, el tamaño del mercado global de computación cuántica se valoró en US$ 885,4 millones en 2023 y se prevé que crecerá de US$ 1.160,1 millones en 2024 a US$ 12.620,7 millones para 2032, exhibiendo una tasa compuesta anual del 34,8% durante el período de pronóstico. En tanto, la región de América del Norte dominó el mercado con una participación de 43.86% en 2023. El crecimiento del mercado de computación cuántica está impulsado por la resolución avanzada de problemas, los avances de IA e inversiones globales.

Un salto sin precedentes

La computación cuántica se basa en cúbits capaces de existir en múltiples estados al mismo tiempo, lo que le otorga una capacidad de procesamiento infinitamente superior a la de la computación clásica. Este avance podría revolucionar sectores como la investigación científica, el diseño de materiales, la salud o las finanzas.

IBM marcó un hito al presentar en 2023 una máquina con más de 1.000 cúbits, acercando la idea de un acceso masivo a esta tecnología mucho antes de lo previsto. En paralelo, empresas de todo el mundo trabajan para democratizar su uso a través de la nube, evitando las enormes inversiones en infraestructura que exigen estas máquinas, capaces de operar solo en condiciones criogénicas extremas.

Oportunidades y amenazas de la computación cuántica

Los beneficios son enormes: resolver cálculos complejos, simular moléculas para el desarrollo de fármacos, o anticipar fluctuaciones en mercados financieros. Sin embargo, también emergen riesgos. Tal como advierte Dean Coclin, Director Senior de Desarrollo de Negocios en DigiCert, “prepararse para los beneficios de la computación cuántica no debería ser la única prioridad; esta poderosa tecnología traerá consigo una serie de amenazas”.

El mayor peligro radica en su capacidad para romper los sistemas criptográficos actuales, dejando expuestos datos sensibles de gobiernos, bancos y empresas. A ello se suma un fenómeno ya identificado: “Harvest Now, Decrypt Later”, en el que cibercriminales almacenan información cifrada hoy para descifrarla en el futuro con ayuda de computadoras cuánticas.

La nube como puerta de entrada… y de riesgo

La computación cuántica en la nube será la vía principal de acceso para la mayoría de las organizaciones. Esto democratizará su uso, pero también ampliará la superficie de ataque. Entre los riesgos iniciales se cuentan:

  1. Robo de credenciales para manipular servicios cuánticos en la nube.
  2. Uso malicioso de recursos cuánticos para vulnerar infraestructuras tradicionales.

La necesidad de redes autenticadas, comunicaciones seguras y cifrado robusto será crítica. De lo contrario, las brechas de seguridad derivadas de contraseñas inseguras, estándares de autenticación débiles o mala gestión de certificados podrían ser explotadas con facilidad.

La respuesta: criptografía post-cuántica

Proteger la información en este nuevo escenario implica modernizar la infraestructura de criptografía. La infraestructura de clave pública (PKI), base de la seguridad en Internet durante décadas, debe evolucionar hacia estándares de criptografía post-cuántica.

Coclin destaca que “cuando las organizaciones tienen visibilidad en tiempo real de sus certificados digitales, logran la agilidad necesaria para adaptarse a las demandas de la computación cuántica en la nube”. Una PKI moderna debe ofrecer escalabilidad, cumplimiento regulatorio, integración con sistemas existentes y gestión automatizada del ciclo de vida de los certificados.

Prepararse hoy para un futuro cercano

Intentar operar una PKI propia en este contexto puede resultar riesgoso. Colaborar con autoridades de certificación privadas y adoptar plataformas centralizadas de gestión de certificados son pasos clave para enfrentar el cambio.

Las empresas que comiencen hoy este proceso estarán mejor posicionadas para un futuro en el que la computación cuántica en la nube no solo abrirá oportunidades de innovación, sino que también pondrá a prueba los cimientos de la ciberseguridad global.

El mensaje es claro: la criptografía post-cuántica ya no es un proyecto experimental, sino una necesidad estratégica. Quienes se anticipen podrán aprovechar el poder cuántico sin exponer su información más crítica.

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