Una encuesta realizada por la consultora Robert Half reveló que mayor eficiencia, posibilidades de crecimiento profesional y necesidad de aprendizaje son los principales factores que los trabajadores asocian a la automatización y el uso de la inteligencia artificial en el mundo laboral en los próximos años.
Respecto a cómo creen que la automatización y el uso de IA afectarán su rutina de trabajo en los próximos años, el 76% de los empleados encuestados mencionó que esto resultará en un incremento de la eficacia y la automatización de labores repetitivas. Un 58% destacó la oportunidad de llevar a cabo tareas más estratégicas, mientras que un 48% subrayó la urgencia de adaptarse a nuevas herramientas tecnológicas.
Con esta información en consideración, la discusión se centra en cómo alcanzar el equilibrio perfecto entre la fuerza laboral actual, una mezcla de empleados y recursos tecnológicos, también denominada digital workforce.
Para Caio Arnaes, director asociado de Robert Half Chile, “el desafío se presenta al compatibilizar ambos recursos, buscando la mayor productividad y eficiencia”. Cuando se recurre a un uso limitado de la tecnología, en particular de procesos digitalizados e inteligencia artificial (IA), existe el peligro de que los recursos, incluidos los humanos, no se utilicen de manera adecuada. Si se usa en demasía, podría aumentar la carga de trabajo de los empleados al momento de evaluar situaciones y tomar decisiones, lo cual podría comprometer la estabilidad de la empresa y provocar el agotamiento de los profesionales. La situación óptima se alcanza cuando la tecnología fortalece las operaciones y los seres humanos brindan liderazgo y supervisión de manera estratégica.
La incorporación de la inteligencia artificial en el mundo laboral está creciendo. Hay diversas actividades en las que los grupos de trabajo utilizan esta herramienta para responder de manera oportuna y eficaz a las exigencias del mercado, manteniendo así su competitividad. El incremento en los costos operativos, la creciente complejidad de los procesos, clientes cada vez más exigentes y regulaciones más estrictas son ejemplos de situaciones en las que la IA se convierte en un apoyo esencial que demanda una preparación cada vez más sólida de los profesionales.
La inteligencia artificial demuestra habilidad para hacer elecciones y llevar a cabo acciones con el fin de alcanzar un objetivo sin intervención humana. No se trata solo de realizar tareas simples de forma automática, sino de tomar decisiones que pueden tener múltiples facetas, implicando así un análisis de situaciones y la sugerencia de acciones en tiempo real. En este contexto, los expertos necesitan estar al día y ser capaces de comprender y utilizar las herramientas emergentes. La tecnología, en particular la inteligencia artificial, requiere de profesionales que la incorporen como un aliado estratégico.
“No basta simplemente saber sobre IA. El requerimiento es de profesionales con pensamiento crítico y conocimiento en diversas áreas, tanto para entender el funcionamiento de todo el proceso de producción y su rol en esa cadena, como para optar a proyectar sus carreras”, concluyó Arnaes.