“En Chile hablamos mucho de innovación, pero todavía hay una serie de pequeñas y medianas empresas (pymes) que ven esta revolución tecnológica como algo muy lejano y no han querido, o podido, adoptar este nuevo modelo, que llegó para quedarse. Hoy, la diferencia entre una empresa que crece y una que apenas se sostiene ya no depende sólo del tamaño, sino de cómo están incorporando herramientas digitales en su gestión diaria”, asegura Pedro Vignola, socio de Targetgrid.
El ejecutivo advierte que “mientras la inteligencia artificial y la automatización avanzan a pasos agigantados, muchos emprendedores siguen creyendo que estas tecnologías ‘no son para ellos’. Ese error les está costando productividad, oportunidades y competitividad. Y está abriendo una brecha que, si no se enfrenta ahora, será cada vez más difícil de cerrar”.
Según Vignola, la tecnología dejó de ser un lujo. “Hoy es accesible y puede transformar cualquier negocio, ya que permite automatizar tareas que consumen bastante tiempo, entender mejor la demanda y ordenar procesos internos, entre otros. No se trata de grandes inversiones, sino de atreverse a probar y aprender, adoptando aquello que realmente aporta valor”.
“Las pymes que ya dieron este paso lo ven en sus resultados: venden más, operan mejor y toman decisiones basadas en información, no sólo en intuición. En la mayoría de los casos, no hubo una revolución tecnológica, sino una serie de ajustes simples, usando herramientas que están al alcance de cualquier emprendedor”.
“Pero el desafío ya no es sólo tecnológico, sino cultural. Falta información, acompañamiento y, sobre todo, voluntad para dejar atrás esa frase que hemos escuchado varias veces: ‘yo siempre lo he hecho así’. Innovar no es complicarse: es preparar el negocio para competir en un mercado que cambia todos los días y donde trabajar sin tecnología es competir en evidente desventaja”, asevera.
Concluyendo, el socio de Targetgrid sostiene que “si queremos un país más productivo y un ecosistema emprendedor capaz de crecer de manera sostenida, necesitamos que las pymes se empiecen a involucrar en estos temas. Que entiendan que la tecnología no reemplaza a las personas, sino que las potencia. Que no exige grandes presupuestos: exige visión. Chile necesita que sus pymes den este salto, porque la brecha no se abrirá mañana: ya está abierta”.






