Hoy, la externalización de servicios de ciberseguridad en América Latina crece de forma sostenida, impulsada por tres fuerzas: talento, normativa y digitalización. En efecto, el déficit global de profesionales empuja a optar por servicios de MSSP (Proveedor de Servicios de Seguridad Gestionados) o MDR (Detección y Respuesta Gestionadas) para cubrir monitoreo y respuesta continua, con time-to-value más rápido que armar un SOC propio. De hecho, estudios realizados entre 2024 y 2025 muestran una escasez persistente y una adopción acelerada de MDR y servicios gestionados para acortar el MTTR (Tiempo Medio de Respuesta).

Asimismo, Brasil intensificó la aplicación de la LGPD (Ley General de Protección de Datos), y Chile promulgó en 2024 su Ley Marco sobre Ciberseguridad e Infraestructura Crítica, creando la ANCI (Agencia Nacional de Ciberseguridad de Chile) y estableciendo nuevas obligaciones para servicios esenciales. Estas modificaciones normativas han acelerado la demanda de cumplimiento “as a service”.
Índice de temas
El crecimiento de los servicios gestionados
En tanto, la adopción de tecnologías como Cloud e IA en Brasil, México, Argentina y Colombia empuja a modelos gestionados capaces de proteger entornos híbridos y multicloud con economías de escala. No obstante, es importante dilucidar en qué casos es conveniente externalizar servicios de ciberseguridad; por ejemplo, optar por SOC y MDR 24×7 cuando la rotación, la cobertura de turnos y las especialidades hacen ineficiente el modelo interno. Esto evidencia que MDR acelera el despliegue y reduce brechas de detección.
Adicionalmente, para el cumplimiento regulatorio regional (LGPD, normas de DPA, autoridades de protección de datos, y guías de IA y datos), un proveedor con cobertura multipaís acelera la adecuación y la evidencia. Los beneficios también saltan a la vista en el caso de la protección de nube y SaaS en organizaciones que escalan rápido en Cloud y requieren telemetría unificada. Algo similar sucede en ambientes OT de infraestructura crítica, que necesitan capacidades específicas para una gestión de vulnerabilidades en sistemas de control industrial difíciles de retener internamente.
Lo anterior se evidencia, principalmente, en los servicios financieros y medios de pago; telcos y cloud/tecnología; manufactura, retail y e-commerce; salud y farmacéutica; energía, transporte y otras industrias con OT; y el sector público, especialmente gobiernos subnacionales.
Las perspectivas para 2026
Para 2026, se espera una aceleración moderada del gasto en servicios gestionados, con foco en MDR de nueva generación (detección basada en IA más inteligencia de amenazas) y en la cogestión con equipos internos para optimizar costos o SLA; cumplimiento y soberanía de datos; y protección de nube e identidades como prioridad n.º1 de la arquitectura Zero Trust, impulsadas por nuevas regiones cloud y procesos de modernización. A esto se suma la seguridad de OT por la expansión de la digitalización industrial y el riesgo operacional.
Con un contexto macro de crecimiento bajo a medio y disciplina presupuestaria, se proyecta una consolidación de proveedores y un giro hacia contratos basados en resultados (como SLA o MTTR) más que en horas. Aun así, el mercado de servicios de seguridad gestionados muestra una trayectoria de crecimiento hasta 2030, lo que anticipa tracción sostenida en 2026.






