La creciente amenaza de ciberataques a sistemas industriales exige que los líderes empresariales asuman un rol activo en la ciberseguridad OT. En Chile y Latinoamérica, proteger sectores clave como la minería y la energía es vital para la estabilidad económica, la resiliencia operativa y la proyección competitiva de la región.
La creciente complejidad del ciberespacio industrial demanda una atención prioritaria del liderazgo empresarial. La convergencia de tecnologías de la información (IT) y operativa (OT), si bien es esencial para la eficiencia, expande exponencialmente la superficie de ataque, convirtiendo la ciberseguridad OT en un imperativo estratégico ineludible. Ignorar esta realidad representa un riesgo con graves implicaciones financieras, operativas y de reputación.
A nivel global, las tensiones geopolíticas escaladas exacerban la amenaza de ataques sofisticados dirigidos a infraestructuras críticas, donde los sistemas OT son un objetivo primordial. La sofisticación del cibercrimen se ve impulsada por la inteligencia artificial generativa (GenAI), que permite automatizar y personalizar vulneraciones de ingeniería social, así como refinar el desarrollo de malware y deepfakes, superando las defensas convencionales. De hecho, el 47% de las organizaciones citan los avances de adversarios impulsados por GenAI como su principal preocupación, de acuerdo al Global Cybersecurity Outlook 2025 del Foro Económico Mundial y Accenture. Las cadenas de suministro interconectadas y complejas se erigen como eslabones débiles, exponiendo a las entidades a vulnerabilidades de terceros y riesgos sistémicos.
En Latinoamérica, la brecha de ciberresiliencia es particularmente significativa en organizaciones de menor tamaño y en el sector público, donde a menudo residen infraestructuras críticas vitales. Esta inequidad cibernética incrementa la susceptibilidad a disrupciones a gran escala, con el potencial de desestabilizar economías regionales enteras. La escasez de talento especializado en ciberseguridad OT en la región agrava aún más estas vulnerabilidades.
Para Chile, la protección de sectores estratégicos como la minería, la energía y la agroindustria, todos intrínsecamente dependientes de sistemas OT, es fundamental para la estabilidad y el crecimiento de la economía local. Un ciberataque no solo paralizaría operaciones críticas, sino que también tendría un impacto adverso en el empleo, las exportaciones y la confianza de los inversores.
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La evolución de los sistemas OT en Chile
En Chile como en el resto del mundo, la arquitectura de los sistemas OT, históricamente aislada, ahora enfrenta la necesidad de integración con entornos IT, introduciendo nuevas vulnerabilidades que requieren segmentación y controles de acceso robustos. Otro dato revelado en el Global Cybersecurity Outlook 2025, es que la sofisticación de las amenazas, el 72% de las organizaciones reportan un aumento en los riesgos cibernéticos organizacionales, lo que exige la implementación de controles de seguridad específicos para ICS (Sistemas de Control Industrial), incluyendo la monitorización continua y la detección temprana de anomalías.
La convergencia IT/OT segura demanda una estrategia formal con roles y responsabilidades claramente definidos, así como la adopción de arquitecturas de blindaje por capas. La comprensión de las implicaciones de seguridad de las capas de abstracción introducidas por la IA en las estructuras OT es crucial para prevenir la manipulación no autorizada. La preparación ante incidentes en ambientes OT requiere protocolos de actuación detallados y una capacidad de respuesta coordinada entre equipos multidisciplinarios.
Según el estudio Tech Vision 2025, la complejidad de implementar nuevas tecnologías se refleja en que solo el 13% de las agrupaciones reportan haber alcanzado un impacto significativo a nivel empresarial con la IA generativa.
La complejidad del panorama actual exige un liderazgo ejecutivo firme y proactivo en la priorización de la ciberresilencia OT. Los líderes con seniority en la industria deben reconocer que la resiliencia cibernética de sus operaciones es un pilar fundamental de su estrategia empresarial y un diferenciador competitivo en el mercado global. No basta con la implementación de soluciones técnicas; se requiere una cultura organizacional de ciberseguridad que permee todos los niveles, desde la alta dirección hasta los equipos operativos.
El papel de los ejecutivos
Es imperativo que los ejecutivos asuman la responsabilidad de impulsar inversiones estratégicas en ciberseguridad OT, fomentando la coordinación entre los equipos de IT y OT, y promoviendo la capacitación y el desarrollo de talento especializado en la región.
Deben establecer políticas claras y una gobernanza robusta para gestionar los riesgos asociados con la creciente autonomía de los sistemas industriales, asegurando la integridad, disponibilidad y seguridad de sus operaciones. La colaboración público-privada, el intercambio de inteligencia de amenazas y la adopción de estándares y normativas son cruciales para fortalecer el ecosistema industrial chileno y latinoamericano en su conjunto.
El momento de actuar es ahora. Los líderes del sector deben tomar un rol activo en la definición de estrategias de ciberseguridad OT que protejan sus activos, garanticen la continuidad de sus negocios y construyan un futuro industrial más seguro y resiliente para Chile y toda Latinoamérica. La colocación de recursos en la protección cibernética no es un costo, sino una inversión estratégica en la sostenibilidad y la proyección de la industria.
