Miles de comercios hoy en día, en un ecosistema donde conviven tarjetas, transferencias y billeteras digitales, pueden aceptar y operar pagos digitales de modo seguro y eficaz gracias a los Proveedores de Servicios de Pago (PSP), también conocidos como subadquirentes.
El arribo del modelo de cuatro partes sumó al ecosistema de pagos nuevos adquirentes, emisores y métodos de pago, aumentando la diversidad pero también la dificultad operativa para los comercios. Integrar cada actor por separado implica mayores costos, más puntos de falla y mayor riesgo de fricción en el proceso de pago.
En dicho contexto, los PSP operan como la capa tecnológica que une a los comercios con adquirentes, redes y diversos medios de pago desde una sola integración. Al estandarizar flujos y cumplir con los lineamientos de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) y el Banco Central, minimizan fricción en el checkout y evitan que esta nueva diversidad se transforme en una carga tecnológica o en una experiencia negativa para los usuarios.
Francisca Raffo, CTO de ProntoPaga, explica que “los PSP son infraestructura crítica: si están bien, nadie los ve; si faltan, el comercio se detiene. En Chile, la evolución hacia el modelo de cuatro partes multiplicó los actores y medios de pago, y el desafío hoy es que esa diversidad no se traduzca en fricción para los comercios ni para los usuarios”.
La operación digital sería más lenta y costosa sin estas plataformas, pues cada comercio tendría que desarrollar y conservar múltiples integraciones con adquirentes y medios de pago; los checkouts serían menos consistentes, afectando la conversión; y la continuidad del servicio ante picos de demanda o incidencias sería más vulnerable. A esto se añade una conciliación financiera más fragmentada y una mayor exposición a riesgos operativos, sobre todo en negocios con alto volumen transaccional.
En un escenario en el que los medios de pago se diversifican y los consumidores demandan agilidad y seguridad, los PSP se han convertido en un habilitador clave de innovación. Estas plataformas permiten que los comercios integren y operen tarjetas, transferencias, billeteras y otros métodos desde una sola interfaz, disminuyan los tiempos de implementación de nuevos medios de pago y agrupen la gestión operativa y financiera de los cobros en distintos canales.
“Si el comercio digital es la vitrina, los PSP son la arquitectura invisible que la sostiene. Y cuando esa arquitectura es sólida, la experiencia mejora para todos. La tecnología de los PSP permite sumar nuevos métodos de pago sin complejidad adicional, unificar procesos y operar con estabilidad en tiempo real. Ese es nuestro foco: que cada transacción ocurra de manera segura y transparente, incluso en los milisegundos que el usuario no ve”, finaliza Raffo.






