8 preguntas para usar el BI en forma estratégica

A medida que se avanza en la recuperación económica, ¿cómo pueden las empresas garantizar que están tomando las decisiones correctas sobre su futuro performance? Las decisiones que las organizaciones tomen este año serán de suma importancia para su rendimiento futuro. Aunque la gestión de costos a corto plazo para garantizar la supervivencia es una de las principales prioridades de muchas en los últimos 18 meses, claramente está incrementándose el foco en inversiones para un crecimiento a más largo plazo. Pero, ¿cómo pueden las compañías garantizar que están tomando las mejores decisiones para salir de la recesión?

Publicado el 30 Sep 2010

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A medida que se avanza en la recuperación económica, ¿cómo pueden las empresas garantizar que están tomando las decisiones correctas sobre su futuro performance? Las decisiones que las organizaciones tomen este año serán de suma importancia para su rendimiento futuro. Aunque la gestión de costos a corto plazo para garantizar la supervivencia es una de las principales prioridades de muchas en los últimos 18 meses, claramente está incrementándose el foco en inversiones para un crecimiento a más largo plazo. Pero, ¿cómo pueden las compañías garantizar que están tomando las mejores decisiones para salir de la recesión?

Conforme a Gartner, las organizaciones están considerando la toma de decisiones como algo serio. Se ha previsto el incremento de las ventas globales de sistemas de Business Intelligence (BI) en aproximadamente un 25% desde el 2008 para llegar a $7.700 millones en el 2012. Esta analista también informa que una encuesta realizada a 1.500 CIOs, sitúa al BI en su lista de prioridades. Así que el concepto está claro: las empresas reconocen la necesidad de una mejor toma de decisiones. Pero, ¿qué factores son necesarios para lograrlo? ¿Es un sistema de Business Intelligence suficiente?

Gartner describe a BI como “los sistemas que ayudan a los tomadores de decisiones de la organización a entender el estado en que se encuentra la compañía. Un grupo de métodos que apoya una sofisticada toma de decisiones con la intención de mejorar el rendimiento del negocio”.

Como ilustra esta definición, aunque la Inteligencia de Negocios puede proveer la información, sola no puede facilitar las decisiones mismas. Los datos provistos por sistemas de BI son en general material crudo y de una dimensión, y carecen de un contexto más amplio donde deben basarse las decisiones.

La crisis financiera reciente es un buen caso en cuestión. A grandes rasgos podemos decir que se tomaron unas decisiones monumentalmente malas: hipotecas del 125% basadas en siete veces un salario individual.

Sin embargo, podemos discutir que fue en base a buena información. Las empresas de hipotecas estaban prestando grandes sumas de dinero considerando datos históricos optimistas. En este caso, los precios de las casas habían aumentado consistentemente y en forma rápida hasta tocar un peak en el 2007, y basados en este patrón, el riesgo de prestar más del valor de la propiedad era considerado aceptable. Sin embargo, si se hubiesen aplicado los factores contextuales a esta información histórica, se hubiese resaltado que este nivel de crecimiento era insostenible. Las decisiones hubiesen sido seguramente diferentes, y la crisis financiera menos severa.

Mientras la respuesta más común a los errores de este tipo es demandar más burocracia y reglamentaciones, esto requeriría juntar aun más información, lo que puede en realidad resultar contraproducente. La clave para evitar este tipo de errores a cualquier nivel no es generar más información, sino fortalecer y aplicar los datos existentes de forma más inteligente y efectiva.

Tradicionalmente, las personas aplican esta inteligencia a la información, pero el alcance y complejidad de la mayoría de las organizaciones es demasiado vasto para que esto sea viable. El cerebro humano simplemente no puede procesar los millones de variables y de datos requeridos para tomar buenas decisiones. En el complejo mundo actual de negocios, para garantizar una mejor toma de decisiones informada, los sistemas y procesos deben ser capaces de analizar la data desde una cantidad de distintas perspectivas, no sólo información histórica reciente, como números de ventas o tendencias de gastos.

Este ha sido el problema tradicional de los sistemas de BI, ya que han sido diseñados como herramientas “stand alone”, con foco interno para ayudar a ahorrar costos o identificar oportunidades de revenue, no para ganar valor estratégico y ventaja competitiva. Los sistemas de Business Intelligence deben ser capaces de presentar información en el contexto total del ambiente, tanto dentro de la organización como de su mercado externo, para ser efectivos.

El objetivo principal es utilizar el BI para tomar decisiones internas sobre cambios considerables dentro del negocio y de sus mercados. Para esto, debe complementarse con soluciones capaces de identificar y marcar información del mercado, eventos futuros, factores de riesgo y tendencias. En la práctica estos sistemas son como sondas que buscan dentro de enormes volúmenes de datos de todas las áreas y luego crean alertas de excepciones para personal designado, para asignar la importancia de los eventos. Una vez que estos factores contextuales han sido identificados, deben seguirse las acciones que resulten, y considerarlas dentro de los sistemas de planeamiento de la empresa, de presupuestación y toma de decisiones, creando, de esta manera, una imagen integradora donde basar las decisiones.

8 preguntas para usar el BI en forma estratégica

1 ¿Cuáles son los objetivos a largo plazo de su empresa? 2 ¿Cómo cumplirá con esos objetivos? 3 ¿Qué acciones realizará? 4 ¿Cómo medirá continuamente esas actividades? 5 ¿Cómo funciona la competencia en relación con esas mismas actividades? 6 ¿Cómo deben modificarse estas actividades para superar a la competencia? 7 ¿Cómo deben asignarse los recursos de la compañía para que estos cambios se hagan realidad? 8 ¿Cómo es el rendimiento, qué ajustes es necesario hacer?

Se use o no este modo contextual para la toma de decisiones estratégicas y operacionales, una visión de 360º de los eventos puede significar la diferencia entre identificar una oportunidad de crecimiento que puede disparar al negocio de forma de transformarlo en el líder del mercado; que la organización pierda la oportunidad; o aumentar la exposición al riesgo al fracaso. Obviamente algunas buenas decisiones resultan ocasionalmente en un resultado malo. Pero garantizando que todas las decisiones de negocios son buenas, y considerando todas las variables relevantes, el riesgo disminuye y se maximiza su performance.

Una de las lecciones claves que aprendemos de la crisis financiera reciente, es que las organizaciones no pueden darse el lujo de simplemente apostar en decisiones importantes sobre el rendimiento del negocio. La disponibilidad de información confiable ayuda a establecer normas de crecimiento, pero para que ésta aporte valor estratégico e impulse el crecimiento debe ser almacenada y usada de la forma correcta.

A medida que los negocios se vuelven más complejos, las soluciones de Business Intelligence se han transformado en un requisito más que en un diferenciador. Y aunque BI es un primer paso, debe estar alineado con los atributos y características de las empresas y de los mercados que soporta. De esta manera, las organizaciones podrán lograr una ventaja competitiva en esta etapa delicada para la recuperación económica y evitar las malas decisiones que simplemente no se pueden dar el lujo de tomar.

Mayor información en http://latinamerica.infor.com/soluciones/pm

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Redacción

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