Douglas Fridsma, Presidente y CEO de AMIA: “Hay que entender los datos disponibles para mejorar el sistema de salud”

Más de 5.400 profesionales de las áreas de informática y salud son miembros activos de AMIA, una organización que busca usar las TI para generar avances disruptivos. En el marco del Simposio de Salud de Fundación País Digital, el profesional comentó el potencial de la información de salud y los riesgos en seguridad.

Publicado el 31 Oct 2017

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Douglas Fridsma.

¿Cuál es el rol de AMIA en el área de la salud y la informática?
Nuestra organización reúne a profesionales de las áreas de informática, doctores, enfermeras, científicos de la computación, farmacéuticos, y muchos otros perfiles que están interesados en usar la informática para avanzar en salud. Si bien nuestro ámbito de alcance es dentro de Estados Unidos, contamos también con una comunidad internacional que incluye miembros de varios países, entre ellos Chile. Como entidad, hay aspectos que consideramos importantes y en los cuales nos enfocamos, como por ejemplo entregar oportunidades profesionales y redes de contacto para nuestros miembros y asociados. Por ejemplo, los miembros de Chile tienen la oportunidad de interactuar con colegas internacionales con intereses similares para usar las TI como una herramienta para mejorar los cuidados de la salud. Además, tratamos de proveer reconocimiento profesional tanto en el campo de la informática como en el de la salud, entregando educación médica, créditos y distintos mecanismos para obtener reconocimiento profesional y certificación.

¿Qué desafíos percibe en el sector salud que pudieran ser resueltos por las TI?
Gracias a las TI es posible desarrollar tecnologías que se apliquen en los distintos procesos de la salud, comprender el cuidado que se provee y, en base a ese entendimiento, aplicar diagnósticos o terapias que mejoren el sistema de salud. En este sector hoy todos luchan contra un incremento en los costos de la salud, relacionado principalmente con una mayor edad de la población y un menor número de trabajadores que contribuyen con sus impuestos para beneficios de salud. No creo que ningún país pueda resolver esos desafíos sin la informá- tica. Pueden usar las TI, pero lo que se necesita de fondo es entender la entrega de cuidados de salud y los datos que existen en esos sistemas, y encontrar la forma de aplicarlos para mejorar el cuidado y reducir costos. Muchos países están enfrentando diversos desafíos y se están volcando a los profesionales de la informática para que les ayuden a resolverlos. Pero no se puede medir la calidad usando registros en papel; la única forma de hacerlo a gran escala es mediante las TI, y el único modo en que se puede entender lo que es un buen o mal cuidado de la salud, es con profesionales de la informática que entiendan la tecnología y los datos en el ambiente de salud para ponerlos a trabajar juntos.

Ese profesional que entiende ambas áreas, ¿es un recurso escaso?
Si bien cada vez más la gente reconoce el valor de esa combinación, la necesidad de profesionales informáticos supera a la oferta. Por ello creo que en cuidados de la salud es necesaria una educación informática transversal, y que sea parte de la malla educacional de todas las carreras en esta área. En la actualidad hay una demanda por profesionales que sepan cómo leer datos y reportes para mejorar la salud, pues muchos aprenden cómo hacer las cosas, pero no siempre saben por qué es importante. Por ello las empresas del área de tecnología son una parte relevante del sector salud, pero es necesario que los profesionales informáticos sepan sacarle el provecho que tienen sus herramientas.

¿Herramientas como el registro médico electrónico?
Precisamente. Antes de AMIA, trabajé para el gobierno de Barack Obama como Chief Science Officer para una de las oficinas de coordinación de TI y salud, que estaba principalmente a cargo de transformar el registro médico del papel al formato electrónico. Cuando empezamos había un 17% de entidades que usaba registros electrónicos, y hoy los utiliza un 74% de todos los doctores y más de 90% de los hospitales. El gobierno entendió que no había forma de reducir costos o controlar los gastos en salud sin una forma de medir, no solo la facturación, sino también la entrega de los servicios de salud; la única forma de hacerlo era manejando la información de manera electrónica. El registro médico electrónico es la manera más sofisticada para recolectar datos y usarlos para determinar de modo apropiado dónde asignar recursos y realizar mejoras.

¿Qué rol juega el paciente en el uso de su información médica?
La fuerza más importante para la innovación y el cambio en el sector salud es el paciente y es, a la vez, el recurso menos utilizado. En EEUU los pacientes no son dueños de su registro médico, pero sí tienen el derecho a una copia completa cada vez que lo soliciten. Si el paciente fuera el dueño, podría borrar datos, mientras que entidades de salud deben, por obligación legal, guardar esos registros para demostrar que se hizo entrega de la prestación. Una iniciativa en la que estuve involucrado es el llamado “Botón Azul”, que permite obtener una copia de la información médica. Solo el primer año en que estuvo disponible, más de un millón de personas descargaron su información por lo que muchas empresas del área informática comenzaron a pensar en formas de tomar esos datos y ayudar a los pacientes a organizarlos de modo de administrar sus cuidados de la salud.

Con esta cantidad de data disponible, también surgió un interés en la industria por estandarizar la forma en que esta se visualizaría, a fin de crear aplicaciones y otras herramientas que ayudarían a los pacientes a gestionar sus cuidados de la salud.

Mientras más datos estén en las manos de los pacientes, surgirán más herramientas para crear formas de organizar y utilizar esa información para ayudarlos; por lo que es posible pensar que si una persona es ingresada al sistema de salud unas 3 a 4 veces en el año, con este tipo de aplicaciones tendría muchas menos necesidades de acudir a un servicio médico.

¿Hasta dónde se puede llegar con el uso de esta información?
Recientemente el Congreso estadounidense aprobó una ley según la cual los pacientes no solo tienen derecho a una copia de sus registros médicos, sino que tienen derecho a acceder a una copia computable de sus registros. Es decir, que no solo sea una imagen escaneada, sino que sea información que pueda ser utilizada. Hoy hay muchos pacientes que donan estos datos a la ciencia. Hay pacientes con enfermedades extrañas y terminales que no dudan en poner su información médica a disposición de la comunidad para ayudar al próximo que pudiera presentar la misma enfermedad.

¿Y qué rol juega la seguridad?
Un aspecto de la seguridad se relaciona con las credenciales para acceder a la información de salud; pero en general eso está bastante cubierto, pues es el mismo médico el que provee el código para acceder a la información. Lo más desafiante tiene relación con los ataques informáticos de los últimos meses, lo que se acentuará con el tiempo debido a la mayor cantidad de datos disponibles.

En cuanto a seguridad, hay muchas áreas que son importantes, y una de ellas también es la parte legal, tanto el diseño de leyes como su aplicación. Primero hay que hacer todo lo posible para evitar que gente que no deba tenga acceso a tu información, y eso implica autenticación y encriptación. Y si alguien llegara a conseguirla, deben aplicarse penalidades y multas. Al menos en Estados Unidos, si los hospitales no protegen sus datos se arriesgan a una multa federal y están obligados a avisar cuando sufren un ataque o robo a su información, como una forma de estar constantemente preocupados de la seguridad de sus datos.

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Redacción

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