En el contexto de una economía que avanza rápidamente hacia lo digital, el sector financiero en Chile enfrenta un creciente riesgo: el delito cibernético. Las plataformas de pago en línea, los servicios de banca móvil y la automatización de distintos procesos han generado varias ventajas, pero asimismo han transformado a los bancos y a las instituciones financieras en uno de los objetivos predilectos de los delincuentes cibernéticos.
El Reporte de Ciberseguridad 2025 del Centro de Inteligencia de Entel Digital reveló que el cibercrimen se incrementó en un 30% durante 2024, con la industria de Banca y Finanzas como la más afectada, concentrando el 17% de los ataques registrados en el país.
En tanto, el Informe Anual de Seguridad 2024 de Equifax dio cuenta que los intentos de ciberataques crecieron un 25% en comparación con 2023, llegando a un promedio de 15 millones de amenazas neutralizadas a diario, lo que equivale a casi 175 intentos hostiles por segundo.
Las estrategias más comunes contra el sector financiero incluyen el phishing, el malware avanzado, los ataques de denegación de servicio (DDoS), el ransomware y el robo de identidad, afectando no solo la operatividad de estas organizaciones, sino también la credibilidad entre sus usuarios.
Según indica Narciso Basic, Business Information Security Officer de Equifax para Chile, Perú y Ecuador, “estamos viendo un aumento sostenido en los ciberataques dirigidos a entidades financieras. Hoy, los delincuentes cibernéticos utilizan tácticas cada vez más sofisticadas, combinando ingeniería social, automatización e inteligencia artificial para vulnerar sistemas críticos”.
Pese a que muchas organizaciones han progresado en materia de digitalización, la ciberseguridad no siempre evoluciona a la misma velocidad. Y es ahí donde surgen las brechas.
“Uno de los errores más comunes es pensar que basta con tener soluciones tecnológicas. Sin una estrategia integral de seguridad —que considere cultura organizacional, monitoreo constante y respuesta a incidentes— las organizaciones seguirán expuestas”, asegura Basic.
Para responder a esta amenaza, desde Equifax promueven acciones clave para robustecer la postura de ciberseguridad en el sector financiero:
● Potenciar las políticas de autenticación, integrando mecanismos como biometría o autenticación multifactor.
● Entrenar regularmente al personal en detección de amenazas y buenas prácticas digitales.
● Aplicar monitoreo continuo e inteligencia de amenazas para anticiparse a los incidentes.
● Llevar a cabo auditorías de seguridad periódicas, tanto internas como externas.
● Instaurar planes de respuesta a incidentes, con protocolos claros y roles definidos.
La situación es evidente: los ataques cibernéticos no son una opción, sino una certeza. Ante un panorama que cambia y se vuelve más amenazante, la protección cibernética debe ser considerada una prioridad táctica para todas las organizaciones que gestionan datos confidenciales o recursos económicos.
“La confianza en el sistema financiero no se construye solo con acceso o innovación: se construye con seguridad. Hoy más que nunca, proteger los datos es proteger el negocio”, finaliza Narciso Basic.