2023 será el año del Smart Working

Publicado el 20 Dic 2022

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Se acerca el fin de 2022, año que se caracterizó por la adaptación a una nueva etapa en la que la prueba y error fueron parte de la implementación del trabajo híbrido. Principalmente, por el interés de las compañías en que sus colaboradores se reincorporaran paulatinamente y de manera segura a sus puestos de trabajo, conforme la situación lo permitiera.

Han sido 12 meses de aprendizaje, que trajeron consigo la oportunidad de que las empresas analizaran y valoraran la importancia del bienestar de sus empleados. Por lo que el próximo año 2023 será el momento ideal para implementar el “Smart Working”, una innovadora manera de trabajar que integre todo lo recientemente aprendido al interior de las áreas de Recursos Humanos (RRHH).

En 2022 los profesionales pasaron de las tradicionales jornadas laborales en la oficina, al trabajo a distancia y, posteriormente, al trabajo híbrido. Ahora, es la ocasión de enfocarse en establecer los lineamientos que justifiquen y den sentido cuando de decidir el trabajo presencial y a distancia se trate. Es decir, no solo ofrecer el trabajo híbrido como uno más de los beneficios de una propuesta de valor para el empleado, sino como una estrategia de Smart Working, en pro de la productividad de la empresa y de la mejora de la experiencia y bienestar del empleado.

Para Cegid América Latina, estas son las consideraciones que los responsables de Recursos Humanos deberán tener en cuenta al diseñar estrategias de Smart Working:

– Tecnología: Con herramientas que permitan un adecuado trabajo desde cualquier puesto y ubicación.

– Canales de Comunicación: Para interactuar vertical y horizontalmente. Que los empleados tengan claro cómo y qué canal usar dependiendo del momento y la necesidad.

– Flexibilidad: no enfocarse en el horario, sino en el desempeño. Siempre apegados a la normativa, mediante el registro de jornadas, horas extra y el derecho a la desconexión.

¿Cómo lograrlo juntos?

– Estableciendo objetivos y tareas a alcanzar.

– Analizando las tareas, separando las que necesitan presencialidad.

– Estableciendo horarios máximos y mínimos, en función de las necesidades del puesto de trabajo.

– Adaptando los entornos físicos de las oficinas, haciéndolos lo más acogedores posible.

– Escuchando a los colaboradores para ajustar la estrategia, en el caso de ser necesario.

La implementación del Smart Working, en conjunto con la retribución, el desarrollo y formación, contribuirán a mejorar la experiencia, retención y fidelización del talento, en una época en la que el bienestar emocional, mental, físico, social y financiero del empleado debe ser el contexto natural de toda organización.

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Redacción

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