En una nación profundamente conectada como Chile, donde más del 70% de las pequeñas y medianas empresas ya han establecido una presencia en plataformas sociales, surge una ocasión extraordinaria para convertir esa exposición en un crecimiento tangible a través de tiendas digitales propias. Incorporar el comercio electrónico en el núcleo de las tácticas de expansión puede transformarse en un fuerte impulsor de inclusión financiera, competencia a nivel regional y creación de puestos de trabajo.
Datos de la Cámara de Comercio de Santiago indican que un cuarto de las Pymes chilenas ya posee un canal digital propio de ventas. Este es un inicio significativo que muestra que el entorno empresarial está avanzando de manera tangible hacia la digitalización. Fomentar esta tendencia mediante políticas públicas efectivas y cooperación entre diferentes sectores podría acelerar este desarrollo, extendiendo sus ventajas por todo el territorio nacional.
Una tienda digital va más allá de una mera una plataforma de ventas. Representa una marca comercial, una historia de intercambios, un acceso a fondos y la entrada a redes de logística y tecnología. Es, esencialmente, un instrumento para el avance económico y social, especialmente en áreas donde las oportunidades han sido tradicionalmente escasas.
Según Hernán Marino, CEO de Aper, “el comercio digital es una vía concreta para la inclusión financiera y la generación de oportunidades en sectores históricamente postergados. Quienes trabajamos en esta industria, vemos de cerca cómo la digitalización comercial puede cambiar vidas, especialmente fuera de las grandes ciudades. Por eso, estamos decididos a contribuir a esta conversación como un actor que entiende el impacto humano y económico de conectar a más chilenos con el mundo digital”.
Chile se encuentra en una etapa decisiva para convertirse en un modelo en la inclusión del comercio digital a nivel regional. Su infraestructura tecnológica de vanguardia, además de un ecosistema en constante innovación, facilita la incorporación del comercio electrónico dentro de las políticas de desarrollo económico, lo que refuerza las habilidades de miles de emprendedores y fomenta nuevas vías de crecimiento. Sin embargo, para asegurar esta oportunidad, es esencial implementar una estrategia nacional que incluya:
· Coordinación público-privada para facilitar el acceso a herramientas digitales.
· Programas de alfabetización digital y acompañamiento para la formalización de negocios.
· Formación en venta digital y estrategias comerciales online.
· Acceso a financiamiento a partir del historial digital de los emprendimientos.
Desde Aper, empresa especialista en el ecosistema financiero y en el desarrollo de plataformas de marketplace, señalan que han renovado su compromiso de acompañar este proceso, introduciendo innovaciones tecnológicas, un enfoque estratégico y alternativas que facilitan a las empresas destacar, expandirse y brindar una experiencia superior de comercio electrónico a sus consumidores.
“Sin dudas, trabajando en conjunto se puede generar un impacto real y duradero en la vida de quienes apuestan todos los días por hacer crecer sus negocios”, concluyen.