Dr. Esteban Hebel.
¿Cómo ha evolucionado la digitalización en salud?
La estrategia de transformación digital en Chile lleva más de 15 años. Se han realizado múltiples esfuerzos para iniciar la transformación digital en el sector salud, siendo uno de los mayores impulsos la estrategia de Sistemas de Información de las Redes Asistenciales (SIDRA), implementada a mediados de la década de 2000. Inicialmente esta estrategia se centró en procesos de agendamiento, atención ambulatoria, pabellones y urgencias, sin embargo, con la llegada del Dr. Emilio Santelices al Minsal, en 2018, hubo un cambio importante en el enfoque, impulsando fuertemente la atención remota o telemédica a través del programa Hospital Digital, que busca modificar el paradigma tradicional de la atención clínica, haciendo énfasis en la atención remota, un reto tanto para clínicos como pacientes.
Este esfuerzo se vio potenciado durante la pandemia, cuando el aislamiento y las restricciones hicieron que cobrara mucho sentido para resolver la necesidad de atención de salud y ese impulso ha persistido. Hoy existe un fuerte crecimiento en la provisión de atenciones telemédicas, muy solicitadas por los pacientes. Muchas veces es la comunidad médica la que limita su incorporación, por ser una forma distinta de prestar atención de salud. Pero es probablemente hacia donde vamos en el futuro, teniendo una forma de atención híbrida con prestaciones presenciales y remotas, por los diversos canales de comunicación disponibles.
¿De qué modo impacta esta transformación?
Un proceso de transformación digital de salud busca contar con mecanismos de documentación de la atención usando las TIC, para tener información analizable, accionable y capaz de modelar los procesos en los que los pacientes y clínicos se ven involucrados, a fin de iniciar un ciclo de mejoramiento continuo que aminore errores y ahorre tiempo y recursos.
Las estrategias de mejora de la calidad mediante sistemas de información permiten disminuir redundancias, inconsistencias y ambigüedades, y así el riesgo inherente de la atención de salud, y contar con más y mejor información para la toma de decisiones más coordinadas para un paciente individual o grupo de pacientes. Al analizar el proceso de manera integrada se pueden identificar eventos innecesarios, evitar pérdidas de información y reducir exámenes duplicados.
Uno de los principales impactos al estructurar la información obtenida en los registros clínicos electrónicos y repositorios de datos clínicos es que podemos ejecutar reglas que nos permiten prevenir eventos adversos potencialmente muy graves dentro de la atención clínica, por ejemplo, generar recordatorios sobre interacciones entre una alergia o una condición y un medicamento. Además, al contar con grandes volúmenes de data podemos modelar mejor la optimización de los flujos de proceso, y así disminuir redundancias e ineficiencias que perjudican la experiencia de la atención de salud y aumentan el consumo de recursos.
¿Cómo se aplica la interoperabilidad en la atención médica y por qué es clave?
En esta área permite trabajar en un sistema que logre estar más conectado, donde el paciente tenga la libertad de moverse entre los distintos niveles de atención (primario, secundario o terciario), así como las diversas organizaciones, prestadores y especialistas, y donde cada uno de los actores, clínicos o pacientes, cuenten con información completa para tomar mejores decisiones respecto a su propio cuidado. Esto se enfatiza en el objetivo del seguimiento longitudinal de la atención de salud de los pacientes a través de los distintos niveles de atención y dispositivos de salud, servicios de urgencias, consulta ambulatoria, clínicas, centros de diagnósticos, laboratorio e imagenología, esencial en el seguimiento de condiciones crónicas, que requieren la coordinación de múltiples actores, incluso equipos de atención para su mejor manejo. Con ello se logra una mejor calidad en la atención de salud.
¿Cuáles son los desafíos más comunes al implementar la interoperabilidad?
Estos sistemas han sido desarrollados de manera iterativa por años y tienden a considerar la interoperabilidad como un requerimiento externo, ya que no contribuye directamente a los procesos internos. Así es difícil lograr que los tomadores de decisiones visualicen la interoperabilidad como una necesidad y superen los recelos de compartir información.
Desde el punto de vista tecnológico, solo recientemente hemos logrado acuerdos internacionales y contar con estándares aplicables y evolutivos que responden a las necesidades de la neutralidad tecnológica. Sin embargo, este conocimiento es relativamente reciente y no está ampliamente difundido, convirtiéndose en una subespecialidad dentro del desarrollo informático. Además, la demanda de informáticos desde otros sectores dificulta la retención de profesionales altamente capacitados en el área de la salud.
¿Qué iniciativas lidera el Minsal para fomentar esta integración?
El Minsal estaba en deuda con el sistema de salud público y la construcción de la infraestructura necesaria para facilitar el intercambio adecuado de información, principalmente porque SIDRA se planteó como una estrategia distribuida en que cada servicio de salud resolvía de forma independiente el desafío de la transformación digital. No se dio prioridad desde el principio a la comunicación y al intercambio de información entre estos distintos nodos de implementación.
Sin embargo, hoy está impulsando la construcción de estos pilares estructurales, comenzando por un registro maestro de pacientes que nos permita coordinar a todos quienes reciben atención en cualquier organización de salud del país, independientemente de su nacionalidad o sistema en el que se atiendan y usar los estándares más modernos para la representación de esta información.
Además, existe la iniciativa de construir un directorio de prestadores de salud, para identificar todos los lugares donde se presta atención y las personas con las calificaciones necesarias para brindarla, en colaboración con la Superintendencia de Salud; y una infraestructura de registro maestro en tiempo real que nos permitirá conocer todos los lugares y organizaciones donde se provee salud. Por otro lado, contaremos con un servicio terminológico que nos dará la posibilidad de entregar información sobre actividades, diagnósticos y procedimientos que se pueden realizar en una organización de salud. El objetivo es coordinar todo esto desde los registros clínicos electrónicos y, finalmente, contar con un repositorio de información clínica compartida que nos permita integrar a múltiples proveedores de servicios de salud.
¿Cómo se proyectan estos temas y su impacto?
La interoperabilidad busca contar con un sistema de salud ampliamente integrado, donde podamos recibir atención de salud programada o urgente y el profesional a cargo cuente con la información suficiente en el formato y momento adecuado para tomar decisiones más acertadas. Esto ayudaría a mejorar los resultados del proceso de atención de salud, sin importar el lugar, la previsión o el sistema en el que se esté recibiendo atención, y que los pacientes no deban invertir su tiempo en procesos administrativos innecesarios y costosos, como desplazamientos y pérdida de horas productivas, pudiendo enfocarse en su recuperación.
Con la extrapolación de datos analíticos y el uso de estrategias de IA para extraer información de sistemas multimodales, podremos ver avances significativos para ayudar a evitar ineficiencias, errores y brechas en el sistema, y prevenir eventos adversos inesperados. El aumento de las comunicaciones también permitirá brindar atención médica remota, marcando un avance significativo en telemedicina.
Veremos un importante desarrollo de estrategias de prevención de eventos adversos, que podrán integrarse en la atención a través de herramientas que brinden conocimiento y permitan a los clínicos tomar mejores decisiones en el contexto individual del paciente. Esto nos acerca al dominio de la medicina personalizada, con tratamientos específicos para nuestros objetivos y condiciones.
La cantidad de dispositivos portátiles que miden variables de salud crece exponencialmente. Esto nos llevará a una importante incorporación de mediciones continuas de múltiples parámetros clínicos, desde el pulso y la presión arterial hasta la glucosa sanguínea. Será necesario comprender mejor cómo interpretar estos datos en el contexto del proceso de salud.
¿Qué tecnologías serán claves?
Los estándares de interoperabilidad sintáctica son esenciales, ya que permiten llegar a un acuerdo sobre la estructura de intercambio de mensajes. Nuestro estándar primario proviene de la organización HL7, que firmó un convenio con la OMS para fortalecer su desarrollo.
Veremos un gran desarrollo en la incorporación de tecnologías con Internet de las Cosas en el proceso médico cotidiano, y avances significativos en telepresencia y telemedicina, aprovechando el aumento de la velocidad de las comunicaciones. Además, continuaremos viendo la integración de diferentes formas de IA en varios niveles de la atención clínica, ya sea junto a la cama del paciente en el apoyo a la toma de decisiones; en la comunicación y entrega de información; y en los procesos de análisis y extracción de información de grandes conjuntos de datos, que nos permitan tomar mejores decisiones a nivel nacional, regional o local.
El Dr. Esteban Hebel N. es Informático Biomédico, Asesor de la Unidad de Interoperabilidad del Departamento de Tecnologías de la Información y Comunicación del Ministerio de Salud y Jefe de Departamento de Salud Digital del Servicio de Salud Araucanía Sur, Temuco.
