Con el crecimiento de la fibra óptica, también se incrementan los peligros para esta infraestructura esencial, ya sea por fallos técnicos en su montaje, su adecuado mantenimiento, o por asaltos y robos, que han aumentado más del 85% en los años recientes, según datos del sector.
Frente a esta situación, la compañía chilena Transworld y Grandway resaltan los aspectos esenciales para llevar a cabo una instalación profesional, segura y perdurable de redes de fibra óptica. Desde la adecuada certificación reflectométrica utilizando equipos OTDR, hasta la limpieza óptica y la planificación de redes redundantes, el encuentro sirvió como una oportunidad para fortalecer una cultura de buenas prácticas en un área que se vuelve cada vez más fundamental.
Como explica Claudio Vásquez, technical supporter de Grandway, “la higiene en la manipulación de fibras ópticas es la diferencia entre una red confiable y una llena de interrupciones. El costo de una limpieza preventiva es mínimo comparado con el impacto de una red caída por un conector contaminado”.
Uno de los aspectos destacados en el encuentro fue la certificación reflectométrica, procedimiento que asegura que la instalación cumple con los estándares globales y que toda la red está en funcionamiento. Para llevar a cabo esto, se recurre al OTDR (Reflectómetro Óptico en el Tiempo), dispositivo que facilita la identificación precisa de problemas como pérdidas por empalmes o daños físicos en el cableado.
“Una sola partícula de polvo puede generar una pérdida de señal significativa o interferencias inesperadas. Más del 80% de los problemas de red se deben a conectores sucios o mal manipulados”, advierte Cristofer Velásquez, product manager de conectividad y fibra óptica de Transworld.
Pero las redes no solo enfrentan desafíos debido a problemas técnicos. Hay también elementos externos que pueden poner en peligro la estabilidad del servicio. El hurto de cables y las agresiones físicas a la estructura han impactado gravemente las redes de fibra óptica, a pesar de que este tipo de cable carece de valor de reventa comparable al del cobre. Muchas veces, los criminales actúan sin conocer el tipo de cable que están afectando, o las interrupciones ocurren debido a colisiones de vehículos o actos de vandalismo.
“Los impactos de estos ataques pueden traducirse en costos para todos. Para los usuarios, en alzas tarifarias; y para empresas, en pérdidas operacionales graves, especialmente en sectores críticos como salud o finanzas”, indica Vicente Fernández, gerente comercial de Transworld.
Una de las soluciones más recomendadas en este escenario es la creación de redes mixtas, que integran diversas tecnologías físicas (como fibra y cobre) y también inalámbricas (enlaces punto a punto o estructuras centrales) para brindar respaldo y garantizar la continuidad del servicio en caso de fallos. Asimismo, se sugiere la implementación de sistemas de vigilancia, tales como sensores perimetrales o cámaras, junto con software de notificación que identifiquen eventos en tiempo real.
“El diseño inteligente de redes no solo previene caídas de servicio, sino que optimiza el mantenimiento y la respuesta ante fallos”, complementa Fernández.
La necesidad de conexión a altas velocidades seguirá aumentando, por lo que la calidad del cableado debe ir de la mano con normas rigurosas para su instalación, mantenimiento y resguardo. Un enfoque que incluya la fusión de tecnologías, la formación continua de los técnicos, y la promoción de una cultura de prevención y cuidado, resulta fundamental para asegurar la permanencia de los servicios en un país que avanza en su digitalización.