Mientras la transformación digital avanza rápidamente, según un reporte de Zendesk más del 70% de los usuarios en América Latina ha experimentado problemas técnicos al utilizar canales digitales. En este panorama, la startup chilena Movizzon está generando un impacto desde un ángulo poco evidente pero esencial: la experiencia digital del cliente.
La propuesta de la compañía fundada en 2015 en Santiago -con presencia en 15 países y pionera en la supervisión activa de plataformas digitales en América Latina y Europa- es simple pero poderosa: identificar errores antes de que los usuarios los sufran. Esto lo realiza mediante una tecnología fundamentada en la idea de “Mystery Shopper digital automatizado”, que imita interacciones auténticas de clientes en plataformas, páginas web o incluso centros de contacto.
Empleando inteligencia artificial junto con dispositivos reales, sin simulaciones, Movizzon replica la experiencia que tendría un usuario normal, utilizando teléfonos móviles con conexiones poco estables o redes de baja calidad. De este modo, si una aplicación bancaria presenta problemas al realizar transferencias de dinero, el sistema lo detecta de inmediato y notifica al equipo técnico de la empresa, antes de que el fallo afecte a un gran número de usuarios.
A diferencia de otras opciones, Movizzon no necesita una integración con los sistemas que utilizan sus clientes, lo que facilita una implementación más rápida y sin inconvenientes. Este servicio funciona ininterrumpidamente las 24 horas del día, los siete días de la semana, y se ha establecido como un referente para entidades como Santander, Scotiabank, BCI, BBVA, Itaú, América Móvil, entre otras.
Desde su inicio en Chile, la compañía ha extendido operaciones en Colombia, México y España, con clientes también en Italia, Alemania y Portugal. El pasado mes de marzo obtuvo el Premio Oro de Fintech Américas en la categoría Regtech / Cumplimiento, que la reconoció como una de las tecnológicas más innovadoras para el sector bancario.
Según expresa Raúl Ibáñez, cofundador de Movizzon, “el problema no es sólo que las plataformas digitales fallen, sino que muchas veces las organizaciones no se enteran hasta que el cliente se queja. Nosotros prevenimos ese daño reputacional y operacional”.
Además del campo financiero, su tecnología se aplica a cualquier organización dependiente de los canales digitales para su operación, como telecomunicaciones, seguros, retail o servicios públicos. En un contexto en el que cada instante de caída de un sitio puede significar millonarias pérdidas (según un informe de IBM de 2023 el costo promedio de una interrupción tecnológica es de US$ 4,45 millones), herramientas como la de Movizzon se instalan como una necesidad operativa.
Los planes de la compañía incluyen seguir expandiéndose en Europa y la región para desarrollar nuevas capacidades de observabilidad digital que prevean fallas aún más intrincadas, para brindar a las empresas experiencias sin fricciones aún en escenarios digitales cada vez más desafiantes.